Artesanía con flores (CXXXIII) : Pasión por el coleccionismo (XXVI) : Pines
Coleccionar es una actividad tan antigua como la propia humanidad. Una obsesión, costumbre, afición o pasión y por qué no, un innato instinto que quizá renació de lo más hondo del hombre de las cavernas, quien durante los buenos tiempos recogía alimentos y utensilios para tener reservas y víveres en aquéllos nefastos.
El caso es que la furia coleccionista ha estado presente en muchas civilizaciones de tiempos remotos. Hasta el punto de que ya los egipcios, asirios, griegos y romanos, comenzaron a crear primitivas colecciones de ricos tesoros y auténticos objetos de arte. Habría que esperar al floreciente siglo XV para poder contemplar las valiosísimas colecciones de retablos, cuadros, manuscritos, repujados, tapices, joyas, obras de plateros y orfebres de Florencia...
Pero no sólo se coleccionan antigüedades. También hay quienes compilan objetos de todo tipo, desde cromos, «pins», sellos, insignias, juguetes, postales, botellas y latas, hasta tarjetas telefónicas y discos de vinilo que a los más «maduritos» de la casa hacen recordar las canciones de un pasado muy reciente.
De Pablo
Teniendo en cuenta que son 182 y que algunos están repetidos no es una colección tan grande como la del sevillano de 12.000
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