Ese
teléfono negro que podemos ver en la foto que encabeza esta entrada,
fue muy habitual en los años sesenta. De hecho, fue el primer
teléfono que conocí en la segunda casa donde viví en Madrid y
estaba de igual modo instalado en la pared. La instalación de la
línea telefónica en mi casa familiar creó un gran entusiasmo pero,
junto al teléfono, mi padre nos colocó un reloj de arena con una
duración de 3 minutos y eso era el máximo que nos permitía hablar,
ese era el tiempo que también duraban las fichas telefónicas de los
teléfonos de fichas instalados en bares y locales públicos en
aquellos tiempos.
Mi padre acostumbraba a decir : "El teléfono no está para hablar sino para dar recados"
Cuando llegamos a vivir a Madrid, en la primera casa no había teléfono y los recados nos los pasaban a través de una vecina que si lo tenía.
Igualmente, un teléfono de pared idéntico, lo tenían instalado en la cocina mis suegros.
Pasados unos años, tras un nuevo cambio de casa, ya nos pusieron otra línea y dos teléfonos, uno en la pared de la cocina y otro de sobremesa en el pasillo, estos ya más modernos.
En la primera casa de casada, no tenía teléfono y cuando tenía que hacer una llamada, bajaba al bar de enfrente que tenía un teléfono de fichas.
Al venir a vivir a Toledo, instalamos en la primera casa una línea telefónica con el mismo número que aún conservamos.
Nuestro primer teléfono fue un modelo Góndola de color rojo
Nuria y el "porteléfono"
A mi hija le gustaba echarse grandes parrafadas por teléfono imitando a los mayores. Ella lo bautizó con el nombre de "porteléfono" dado que nos oía decir "Voy a llamar por teléfono"
Las Centralitas Telefónicas
Antes de trabajar en Sanidad, trabaje un tiempo en educación y me destinaron a la Sierra de San Vicente de Toledo. En una de las casas del pueblo se había instalado una centralita telefónica y era a través de esta centralita donde efectuaba mis llamadas. Si ya de por sí en el pueblo estaba una bien vigilada, no digamos lo que era el que la conversación que se mantenía a través de esta centralita carecía de toda intimidad.
Sobra decir que entonces no había cabinas telefónicas ni disponíamos de teléfonos móviles.
“Leyendas
urbanas cuentan que las telefonistas eran las personas más
informadas de la población; lo que sí es cierto es que cada tres
minutos interrumpían la conversación para avisar de que se acababa
un tramo de facturación, ¡quizás! en ocasiones se olvidaban de
desconectar el auricular, pero…..”
Realmente, son del siglo pasado pero no dejan de ser parte de la historia, de mi historia. Tuve que hacer uso de ellas cuando trabajaba.
Fragmento sobre el teléfono de la Serie de Celia de Elena Fortun
hablaremos por teléfono.
-¿Por
el teléfono del despacho? ¡Uy qué bien! Yo creí que el teléfono
sólo servía para avisar al lechero, o a la tienda, o para hablar
con Carreño y decirle que te ha dolido la cabeza toda la noche...
-Sirve
para todo eso y mucho más... Ya ves; vamos a hablar con tus padres,
que casi están al otro lado del mundo...
-¿Entonces,
por qué no hemos hablado con ellos antes? Oye, tiíto, ¿es que hay
un hilo muy largo, muy largo, y en la otra punta están papá y mamá?
https://www.abc.es/sociedad/celia-dice-telefono-20250105030000-nt.html
De Francesca
Veo que también es un Góndola rojo como el nuestro.
Matilde también tiene un góndola rojo
Cabinas telefónicas
Las inglesas
Las nuestras
Me hace llegar Francesca esta foto de una cabina que tomó hace años en Hervás (Cáceres)
Película "La Cabina"
Consiguió el Premio Emmy Internacional
https://www.almasoscuras.com/art/1928/la_cabina
Museo Postal y Telegráfico de Madrid
Estoy esperando a que se inaugure el Museo Postal y Telegráfico en Toledo para contaros más historias sobre la telefonía.
Quienquiera compartir su modelo de teléfono estaré encabada de colgar las imágenes.
Continuará....
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