El jardín del jubilado que se hizo jardinero
Érase una vez un hombrecillo que se jubiló y se dedicó a cuidar un jardín
Tiene la primavera cientos de flores; el otoño, la luna clara. El verano, la brisa fresca; hay nieve en invierno. Si el ajetreo no te ocupa la mente, he ahí tu oportunidad.
Extraído de ESSENTIAL ZEN, de Kazuaki Tanahashi and Tensho David Schneider
Arriate con violetas
"Cada lugar puede ser como un bonito jardín donde encontrar el secreto de ser, una dulce verdad, olvidando el ayer, de aquel mundo que no supe comprender"
No he tenido la oportunidad de hablar con él pero me cuentan que cada día cuida con esmero de las plantas que ha ido sembrando en dos parterres públicos en un barrio de Toledo. Pero antes de plantarlas, ha preparado el terreno y construido pequeños arriates con sus originales borduras (se pueden ver en el arriate de las violetas) al tiempo que incorpora nueva tierra. Los árboles han sido perimetrados también con las mismas borduras y dentro de estos espacios se han ido incorporando las nuevas plantas.
El cuidado de un jardín supone una ejercitación no sólo del cuerpo sino también de la mente
En su día dediqué otra entrada a un japonés que improvisó un jardín en la Senda Ecológica de Toledo
Vista general
Las dos zonas donde ha intervenido nuestro "amigo" están perimetradas con setos de boj y romero. Los parterres en sí debían de haber sido arbolados previamente en el plan de ordenación municipal. En la zona hay Plátanos de sombra, Olmos, Catalpas y Melia azedarach.
Algunas de las plantas en detalle de nuestro anónimo jardinero
Alhelies amarillos, naranjas y rosas
Lirios
Me ha sorprendido la fuerza con la que crecen estos lirios y las varas florales tan rectas que echa.
Narcisos
No es habitual ver narcisos blancos. Son muy delicados estos pequeños narcisos.
Romero en primer plano. Al fondo se puede apreciar uno de los alhelíes rosas
Durillo
Acanto
Rosal
Hiedra y Vincas
Caléndulas
Gazanias
Malvaviscos
Un arbolito brotando (¿membrillero?)
Yucas
Si tengo ocasión, hablaré con él, le preguntaré su nombre, le felicitaré por su labor y le diré que le he dedicado un espacio en el blog. Haré otra escapada cuando los árboles estén florecidos.
Cierro con este tema en la voz de María Ostiz "Cada Lugar"
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