Jardines muy particulares (XII) : El Jardín de Carmen y Rafa en Layos

Mi relación profesional con Rafael se remonta a muchos años atrás cuando ambos trabajábamos en el mismo lugar. Por aquel tiempo, nuestros hijos acudían a un pequeño taller de pintura y compartíamos exposiciones, certámenes y algún premio, incluso.

La casa se encuentra ubicada en Layos, pequeño municipio de la provincia de Toledo.

Ubicado en el camino romano que iba de Emérita Augusta (Mérida) a Toletum (Toledo), la huella de los siglos queda patente en numerosos vestigios arqueológicos y en constantes vaivenes históricos, ya que pasó de mano en mano (en posesión de familias nobles) hasta el s. XVI. De esa época aún queda en pie la pequeña iglesia de Santa María Magdalena (siglos XVI-XVII), con una torre edificada posteriormente. Pero mucho mayor interés arquitectónico tiene el palacio de los Condes de Mora, declarado Bien de Interés Cultural (BIC): un monumento sobresaliente construido en mampostería de piedra a finales del s. XIV y principios del XV, y muy bien restaurado en diversas épocas. Un gran recinto amurallado rodea tanto el castillo (con un exuberante torreón circular en una de las esquinas) como los jardines y las dependencias del servicio. En el interior, el palacio se organiza en torno a un gran patio central, de planta cuadrada, con una fuente de piedra en el centro. Es de propiedad privada, pero al estar declarado BIC puede visitarse siempre que se llame con antelación.


En el interior de la casa, Carmen y Rafa guardan celosamente los cuadros que la hija mayor, Irene, pintara en esa época.

Algunos de ellos

Vista de Toledo desde el puente de Alcántara

Rafa con Irene y Carmen, la hermana pequeña, y con el perro que les hubiera gustado tener



Y este cuadro de flores tan apropiado para esta época y para este blog

Fue un cuadro que Irene regaló a sus abuelos maternos, Juli y Juan


Es una lástima que el brillo del cristal y el flash no dejen verlos en toda su belleza.

Algunos imágenes de las plantas y árboles del Jardín

La primera flor que dio su cerezo, corresponde al primer día de confinamientos tras el decreto del Estado de Alarma. La rama mira con fuerza al cielo para dejar claro que la naturaleza sigue su curso y que no sabe de confinamiento ni pandemias.


Cerezo después de la floración 



El preciado limonero que una amigo regaló a Rafa y que siempre le costó salir adelante. Este año ha empezado a florecer y seguro que dará frutos.


Chysanthemum


El nogal


Y cierro con este poema de Rafa que nos evoca con mucha sensibilidad las cuatro Estaciones a través de los olores domésticos.

Olor a pueblo, a leña, chimenea humeante, Invierno

Olor a hierbabuena en el ojal de mi abuelo, Primavera

Olor a fresca mañana, a higuera, caminando para regar, Verano

Olor a cocido lento de la abuela Isidora,¡Um! Otoño

Muchas gracias por compartir.

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