Museo del árbol

Por lo años ochenta tuve la ocasión de visitar Suiza aunque pasé poco tiempo en Zurich y aún no albergaba este Museo.

El conocido arquitecto paisajista Enzo Enea tiene dos pasiones: los árboles y el arte. Lleva años coleccionando árboles y esculturas y desde 2010 es posible visitar su colección única en el Museo del Árbol de Rapperswil-Jona. Más de 50 árboles arañan el cielo, algunos con más de 100 años de antigüedad.

Las 25 especies de árboles proceden de nuestra zona climática y fueron repartidos con un exquisito sentido del espacio y la forma sobre el césped. Las esculturas delicadamente distribuidas entre los árboles dan la impresión a los visitantes de estar moviéndose por espacios al aire libre. El museo está rodeado de un parque idílico con una superficie de 75.000 m2, circundado a su vez por una zona de vegetación densa. Otra joya arquitectónica es el nuevo y moderno edificio de recepción de este arquitecto paisajista.


El lugar fundado por el suizo es "El Museo del Arbol", un hermoso parque de 75 mil metros cuadrados ubicado a orillas del Lago Zurich.

La fascinación de Enzo Enea por los árboles comenzó cuando era niño y pasaba las vacaciones de verano en la huerta que su abuelo poseía en las afueras de Bolonia, Italia, donde -según cuenta- vivió un momento "casi místico".




El Museo del Árbol, un hermoso parque de 75 mil metros cuadrados ubicado a orillas del Lago Zurich, fue inaugurado hace diez años por el arquitecto y paisajista suizo Enzo Enea para exhibir gran parte de los miles de árboles que salvó cuando iban a ser derribados en construcciones edilicias, una colección que alberga una gran variedad de especies centenarias y que visitan 40 mil personas anualmente.

"Tuve que desarrollar una técnica de corte de raíces que permitiera transportar los árboles sin dañarlos; finalmente, encontré la manera estudiando a los maestros bonsái", cuenta en una entrevista con Télam Enzo Enea, conocido como "el coleccionista de árboles", cuya pasión lo ha llevado a plantar miles de ellos a lo largo de su vida.

Lo primero que uno puede pensar, además de la rareza de esta colección, es en las dificultades evidentes de trasladar un árbol de un país a otro y así recuerda Enea las diferentes logísticas que ha tenido que emplear: pedir que cierren una ruta, organizar una escolta policial, utilizar un helicóptero o incluso pedir a una ciudad que corte temporalmente los cables del tren. "Pero todo esto vale la pena, porque si cortas un árbol, cortas el tiempo. Y el tiempo no se puede comprar", enfatiza Enea.

Desde hace veinte años que este paisajista de museos, hoteles, edificios, bodegas y complejos de lujo en distintos países del mundo, colecciona árboles, aunque hace sólo una década que decidió fundar el Tree Museum, donde alberga además numerosas esculturas de artistas contemporáneos, combinando así botánica, arte, arquitectura y diseño.


Los árboles me enseñaron mucho sobre el tiempo, la paciencia, la fuerza y la cooperación. Si cortas un árbol, cortas el tiempo. Y el tiempo no se puede comprar. La paciencia es una virtud perdida, pero la necesitas para crecer, para tener éxito y disfrutar de los frutos. La fuerza mantiene unido aquello en lo que crees, te permite convertir tus sueños en realidad. Y la cooperación se aprende a valorar cuando trabajas, como yo, con profesionales de todo el mundo. Los seres humanos se necesitan unos a otros. Somos una sola entidad. Y como árboles nos comunicamos para sobrevivir. Muchos no saben que los árboles se comunican a través de redes de hongos subterráneas para transportar agua, carbono y otros recursos.

¿Cuál es el elemento que no pueden faltar en el "jardín ideal"?

¡Usted! No olvide nunca quién vive o vivirá en este jardín. Es la vida de los que viven allí la que debe ser el ingrediente principal de un jardín. 






https://www.telam.com.ar/notas/202001/426930-enzo-enea-zuiza-museo-del-arbol-lago-zurich.html

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