Flores en la pintura (CXXXIV) : Bilbao y la pintura hasta el 29 de Agosto
- El Bilbao de fin del siglo XIX y comienzos del XX es una villa que se ensancha en todos los sentidos, urbanística e industrialmente, lo que se refleja en la pintura.
- Las obras representan escenas muy diversas, como los barcos y terrazas en la ría, la vida de la burguesía comercial y de los aldeanos, las fiestas populares, los héroes de los nuevos deportes o las faenas cotidianas en un puerto pesquero.
- El mar y los barcos son un tema recurrente en las pinturas de Bilbao en el cambio de siglo, que la mayoría de los artistas invocan con el afán de capturar su color y reflejar su vital importancia para el comercio y la cultura de la Villa.
A través de tres salas, se pueden ver obras de Adolfo Guiard, Manuel Losada, José Arrue, Aurelio Arteta, Gustavo de Maeztu o José María de Ucelay, entre otros. A través de sus lienzos, que están divididos en tres salas ordenadas temáticamente, se pueden observar estos cambios. En la primera se retrata la expansión hacia el mar desde el puerto, como «Amanece» de Zuluoga, y la floreciente burguesía ilustrada; en la siguiente, se repara en la prolongación interna, en la montaña, que supone una paleta de colores bien diferente de los lienzos que tocan el mar, uno de los temas esenciales, como se ve en «El marino vasco Shanti Andía, el Temerario», de Ramón Zubiaurre, o «El tríptico Lírica y religión» de Gustavo de Maeztu. En la última se aborda el folklore y sus simbolismos, que es una pintura de raíz costumbrista. «Se trata de dar una proyección de una ciudad que es muy pequeña, que tiene escasamente 17.000 habitantes en 1800 y pasa a 80.000 y que se convierte en un centro industrial. Muchas de estas obras son encargos de esos mismos compañeros que los artistas han tenido a su lado en los pupitres y que al crecer se han convertido en hombres de negocios que forman parte de las diferentes sociedades bilbaínas de la cultura, el ocio, como el club náutico de vela o la Sociedad Filarmónica, y les encargan obras que entrarán a formar parte de instituciones privadas. Es una iniciativa que parte de la ciudadanía, que las instituciones públicas y que se dirigen a gente que es joven y que en el momento que pintan», explica Kosme de Barañano. La muestra, patrocinada por Iberdrola, cuenta con 27 cuadros de 14 artistas. Son piezas, la mayoría de ellos, de grandes dimensiones. Para el comisario, una de las claves recae en que estos óleos «son obras muy amplias en las cuales han tenido que trabajar los artistas durante meses y que dan cuenta de su maestría. Las piezas reflejan, no notarialmente, sino de otra manera, las distintas evoluciones que se dan y el salto industrial hacia el futuro. Y lo hacen unos creadores que fundamentalmente vienen de Francia y que importan el impresionismo».
https://www.larazon.es/cultura/20210128/l3ploi2ghzgcpnng6e62xpblcq.html
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