No sé ni por dónde empezar de lo bonito que estaba todo en este mi tercer viaje a Bilbao la semana pasada. El tiempo nos acompañó también e hizo que el viaje y la ciudad resultaran más gratos. La ciudad, con el paso de los años, ha ido ganando en belleza y todo está muy cuidado. Parece que ubicar en ella un Museo de Arte Moderno de la talla del Guggenheim ha contribuido a subir el listón y hacerla más visitada y turística. Pero no sólo son esos los factores que la han hecho acogedora sino la acogida que nos hicieron la familia de Pedro, mi yerno, a propósito de una entrañable comida familiar y las rutas guiadas de la mano de Pedro (a pie y en coche). Creo que no hay mejor modo de ver una ciudad que con alguien que ha nacido y crecido en ella. También hemos recorrido Getxo, Las Arenas, Algorta, Portugalete.... Las primeras fotos sacadas al llegar junto al hotel en el Paseo Campo de Volantín. A pesar de que había poca luz, porque estas fotos las hice al caer la tarde, no podía evitar hac...